Nong Khiaw y Muang Ngoi Neua

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enero 29, 2013 por Charlio

Llego a la estación de autobuses, o lo que hace sus funciones. Una caseta rodeada de furgonetas con gente haciendo diferentes colas. Después de unos momentos de incertidumbre, localizo la mía. En el viaje de 4 horas conozco a Jan, un alemán de unos 35 años y a Michele, una mujer de unos 50 y pico de Windsor (London). Al llegar a Nong Khiaw, nos ponemos manos a la obra a la búsqueda de guesthouse al mejor precio. El pueblo es precioso, en un valle rodeado por altas montañas. Un río lo divide en dos. Cruzamos un puente majestuoso y alto que, en tiempos de guerra, fue objetivo principal del ejército americano para dejar incomunicado al pueblo.

riverside

Encontramos unas casitas de bambú en la orilla del río. Decidimos compartir habitación entre tres. Saldrá más barato 🙂 Dejamos las mochilas y vamos a comer. Nos sentamos en unas mesas a la orilla del río. Las vistas son impresionantes y el caudal del río pone banda sonora a la carta de menú. Algun pajarito curioso se acerca a merodear qué platos vamos a elegir. Jan se vé un poco serio y Michele es la tipica señora inglesa con un gracioso sarcasmo que me hace reír. Poco a poco nos conocemos un poco más y disfrutamos de la comida. Después de comer nos damos una vuelta. Aquí ya no hay casi tráfico como en Luang Prabang, la capital. El ritmo de vida es muy calmado y la gente no se vé muy preocupada que digamos. Es más, se nos acercan a curiosear y preguntar cosas para chapurrear inglés. Andamos hasta unas cuevas en las que se refugiaron los locales en tiempos de bombardeos pero están cerradas. Nos volvemos al pueblito alumbrados con nuestras linternas (no hay luz en las calles) y cenamos algo antes de dormir. Hay algunas cucarachas por las paredes del lavabo pero es lo que tiene dormir en un bungalow de bambú a la orilla de un río precioso y rodeado por montañas… 🙂 Dejaré la ducha para mañana por la mañana.

hamaca

Desayunamos en un sitio donde trabaja un hombre alemán de camarero. Cada 6 meses viene y hace temporada en Nong Khiaw. El resto del año, trabaja como mensajero en Alemania. Me pido una omelette de 3 huevos con patata y verduras. La sorpresa es inmensa cuando me la traen ya que me traen lo más parecido a una tortilla española! 🙂 Disfruto como un niño mientras desayuno. Jan y Michele me comentan que van a ir a un pueblito a una hora de aquí. Solo se puede acceder en barca por el río. Se llama Muang Ngoi Neua. Solo tiene 3 horas de luz y desde allí se puede hacer trekking a pueblitos más pequeños. Suena interesante la cosa. Nos vamos a ver las cuevas, hoy con tiempo. En unas montañas imponentes se pueden ver pequeñas grietas abiertas desde las cuales los laosianos controlaban quién se acercaba y si venían los aviones. Cruzamos un riachuelo gracias a unos troncos. Nos esperan tres chavales laosianos para hacernos de guías. Unas altas y largas escaleras nos adentran hasta la cueva. Son muy nuevas. Seguramente en tiempos de guerra eran de bambú para poder sacarlas y ponerlas a su gusto, dependiendo de si querían que subiera alguien o no. La cueva es muy alta en su interior y se compone de dos grandes bóvedas, comunicadas entre ellas. En la primera había el «puesto de mando», una mesita entre sacos de arena donde se sentaba el jefe de mando y se reunían para tomar decisiones sobre quien era el encargado de salir a recoger comida a los campos o enviar mensajes a otras cuevas. Más adelante, una gran bóveda donde vivían, estudiaban y curaban a heridos y enfermos. Las condiciones eran muy precarias y de vez en cuando caía alguna bomba que derrumbaba parte de la cueva. Un impacto produjo el colapso de parte de ella, matando a unas 2.000 personas al instante. Más de 2 millones de toneladas de bombas fueron lanzados sobre este país, que tiene el triste récord de ser el más bombardeado de la historia. Durante 9 años los habitantes vivieron en cuevas, escondidos y con miedo, esperando ver a sus seres queridos al anochecer o en alguna otra cueva cuando los perdían de vista. Después de la visita, les damos unas propinas a los chicos y le enseño algunas palabras en castellano a uno de ellos. Volvemos para recoger las mochilas y pillar la barquita hacia Muang Ngoi Neua. Remontamos el río durante una hora, un paisaje maravilloso de montañas que se alzan a lado y lado del río. El capitán va jugando con el caudal del río para sortear las zonas rápidas y las rocas. Vemos algunos pequeños pueblitos con la gente lavando la ropa en el río o bañándose con jabón. Finalmente llegamos. Aquí ya no hay ni asfalto maltrecho que valga. Una callecita de tierra con guesthouses en el lado del río y tres o cuatro bares para beber o comer algo. Nos quedamos impresionados! Las gallinas corretean con sus pollitos mientras los perros se tumban a la bartola dormidos. El ritmo de vida es muuuuy lento y relajado. No hay tráfico y apenas contamos un par de motos en todo el pueblo. Después de mirar un par de guesthouses dejamos nuestras mochilas. Solo hay luz de 19 a 22 y no hay internet ni cajeros. La ducha en la habitación es de agua fría ya que el dueño aún no ha conseguido empalmar el calentador a algunas habitaciones. Nos comenta que a lo mejor no tenemos luz ya que la arregló hoy pero hasta la noche no sabrá si funcionará 🙂 Después de una ducha bien fría, vamos a comer algo. Nos sentamos en unas mesas al lado del río y comemos algo. Hay happy hour de cócteles y bebemos un par de copas. La verdad es que ha merecido mucho la pena venir hasta aquí. Se está muy tranquilo y relajado. Con las copas nos conocemos más. Jan es retocador de fotografía y trabajó como agente de viajes. Nos cuenta historias sobre otros países mientras la noche cae y se hace dueña de las montañas. Michele se retira a dormir y Jan y yo seguimos con unas cervezas. A las 23 cierra el bar y nos volvemos para la guesthouse, alumbrados por mi linterna y esquivando a algún perro rabioso que otro. Miramos al cielo y nos quedamos asombrados. Un manto de estrellas alumbran el cielo y la luna de cuarto menguante brilla con una luz muy hipnótica. Apago la linterna y disfrutamos del cielo antes de volver a la guesthouse. Se pueden ver todas las constelaciones y estrellas. De vez en cuando hasta alguna estrella fugaz. Precioso!

table

Nos ponemos las bambas de trekking y desayunamos. Se nos une una chica francesa, Sandra. Se viene también al trekking. Cogemos unas botellas de agua y a andar. Michele tiene un mapa hecho a mano por el propietario de las guesthouse. Es bastante simple. Un camino que se divide, tomar la derecha, curzar un río y ya estamos. Andando no parece tan rápido. 2 horas y pico pero merecen la pena. Al ser estación seca los campos de arroz están secos y nos permiten cruzarlos. El paisaje es maravilloso, hay bueyes y vacas pastando libremente por los arrozales, rodeados por altas montañas «cortadas» por nubes que aún resisten al tremendo sol que nos machaca sonriente. Despues de meternos por algunos caminos equivocados llenos de sanguijuelas, llegamos al fin a un pequeño poblado. Los perros duermen en las sombras y la gente hace vida en los porches de las casas. Nos saludan a nuestro paso con unas grandes sonrisas. Los niños nos piden bolígrafos y papel pero no tenemos. Curiosamente nos gritan «Bic, bic» hay que ver como influyen las marcas en todas partes ¿Será cosa de la publicidad? 🙂 Paramos a comer en una casa de comidas. Una señora con su bebé en la espalda, cogido por una banda de tela, nos atiende. Pido pato con fideos, Jan y Michele pollo con arroz y Sara arroz con verduras. La mujer toma nota y nos saca una bolsa de plástico llena de fotografías de turistas que han pasado por allí. Las ojeamos mientras esperamos la comida. Encuentro gente de Barcelona y España. Detrás ponen su nombre y una pequeña dedicatoria. Qué lástima no llevar una foto de carné 😦 A los 20 minutos vuelve la señora. Me comenta que pato no puede ser ya que «corre mucho y no puedo cogerlo» 🙂 Increíble! La pobre señora no puede correr mucho con el crío a cuestas. Le pido pollo entre risas. A los 5 minutos sale el marido de la cabaña con una escopeta muy antigua y se carga un pollo! Nos quedamos flipando! Nos acercamos. Es una escopeta muy antigua, con un cañón larguísimo y empuñadura de pistola. La carga con pólvora, un poco de hierba seca y una bola de plomo. No nos deja hacer fotos. La mujer despluma el pollo y nos volvemos a sentar. Como he dicho, en Laos todo va muy lento. Dormimos en la mesa mientras esperamos. A los 40 minutos llega el primer plato. Si, el primero. Te los sirven uno a uno y sin prisas. Cuando me traen el mío ya han acabado casi todos de comer. El pollo está bueno pero un poco seco ya que no están muy gordos que digamos. Pagamos. Le damos un fuerte abrazo a la señora para despedirnos y nos vamos. Volvemos para Muang Ngoi Neua. Ducha fría a la luz de una vela y a cenar algo. Volvemos donde ayer y nos invitan a snacks y algunas copas. Mañana ya nos volvemos para Nong Khiaw. Jan y Michele me comentan que van hacia el Sur. Me gustaría ir con ellos pero debo seguir mi ruta por el Norte hacia Vietnam 😦

ricefields

Desayunamos en un buffet libre que montan por las mañanas los locales para los extranjeros. Todo está riquísimo! Panqueques con nutella, tostadas con mermelada, plátano frito con leche de coco, una especie de torrijas, fruta con yogurt y muesli… Acabamos hasta el culo de tanto comer. Cogemos la barca y nos volvemos hacia Nong Khiaw. Han sido dos días muy especiales y relajados. Me alegro mucho de que Jan y Michele me dejaran acompañarlos. Son muy buena gente y me caen muy bien. Ojalá nos volvamos a encontrar. Jan me comenta que va bastante a las Festes de Gràcia. A ver si este año nos vemos 🙂 Espero en la parada del bus con ellos. Llega su furgoneta hacia Vientián y nos despedimos. Mucha suerte chicos. La primera impresión de Laos fué un poco rara. Ahora, al alejarme de Luang Prabang, me he dado cuenta de que estaba equivocado. Para ver el verdadero Laos y cualquier país, a parte de ver las ciudades o poblaciones más importantes, has de perderte por pequeños pueblos que te mostrarán su verdadera cara. La de Laos es maravillosa!

village

3 pensamientos en “Nong Khiaw y Muang Ngoi Neua

  1. jesus molina dice:

    per el que veg , no ha cambiat gaire en 15 anys

  2. Yourmare dice:

    Maravilloso.

  3. tia rubia dice:

    si señor maravilloso

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